miércoles, 22 de febrero de 2017

Minidiario 2: No me apetece nada correr

Voy a publicar una entrada que no se publicó en su momento y que me parece importante para ejemplificar que no siempre se sale con ganas a entrenar y que no siempre se hacen Buenos entrenamientos.

Hoy es domingo, me levanto cansada y un poco triste después del partido de ayer, en el que además de perder, no me sentí bien jugando.
Hoy me toca correr 4 kilómetros según la aplicación de Myasics. A pesar de que ayer tuvimos partido, no jugué mucho así que no hay excusas. Por la mañana no puedo salir, luego me voy a comer con la familia, cuando llego a casa me pongo con trabajos y llegan las 7 de la tarde. Uff, menuda pereza que me da. Hoy llueve, no quiero, me apetece quedarme en casa, tengo mucho que hacer...
De repente, me encuentro en la calle, con la música a tope y corriendo. No hay que pensarlo porque si lo haces os digo que no salís nunca. Así es como hay que hacerlo, sin pensar y a lo loco.
No os voy a engañar, ha sido una mierda de entrenamiento, me he encontrado mal desde el principio, la tripa me daba botes por la comida, el móvil me golpeaba en el estómago a medida que corría... una patata vamos. A pesar de todo, me he forzado a correr los 4 kilómetros que me tocaban, muy ayudada por la música, y cuando he llegado a casa he agradecido haber salido.
Evidentemente no lo he pasado bien, muchos habrían dicho ¿y para qué sales? ¿eres masoca?
Pues no, si hoy cedo qué me dice que mañana no vaya a ceder, porque total, ya cedí ayer, ya qué más da. Lo que quiero decir es que a pesar de hacer una mierda de entrenamiento y pasarlo mal, he aprendido, he aprendido de mi misma, de mi fuerza de la mente, el poder que tenemos de sacrificio...
A pesar de saber que no iba a encontrarme bien, el hecho de haber sido capaz de salir ha producido la sensación de satisfacción por el trabajo hecho igual que si el entreno hubiese sido agradable.  De todo podemos aprender.